El Programa Anticontrabando de la Federación Nacional de Departamentos tiene como objetivo principal apoyar las estrategias departamentales para combatir este delito y fortalecer las capacidades regionales de las Oficinas de Rentas para lograr una mejor labor de fiscalización.

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Este programa surge por iniciativa de los Gobernadores para combatir los delitos del contrabando cigarrillos y licores, así como la adulteración de bebidas alcohólicas.

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Los mandatarios decidieron enfrentar esta problemática de manera integral, solicitando al Director Ejecutivo de la FND que parte de los recursos provenientes del acuerdo firmado en 2009, con la tabacalera Phillip Morris, se designaran a estructurar un equipo que liderara un Programa Anticontrabando.

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La iniciativa adoptada como bandera de la gestión de los mandatarios fue además incluida en sus Planes de Desarrollo con políticas específicas en este sentido.

Con este mandato claro de los Gobernadores el programa inició a mediados de mayo de 2012 aprobado por el Consejo de Administración, mediante el acuerdo con la tabacalera Philip Morris del 14 de junio de 2012, avalado por la Asamblea de Gobernadores del 17 de julio del mismo año.

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Los Departamentos son los más afectados por el contrabando, ya que un porcentaje muy alto de los ingresos tributarios de los Departamentos corresponde a lo que se recauda por el consumo de cervezas, licores y cigarrillos; esos recursos se conocen como Impuesto al Consumo y son mayoritariamente invertidos en la salud de los colombianos.

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Sin embargo, la venta en tiendas de cigarrillos y licores de contrabando, así como de bebidas alcohólicas adulteradas, genera que los establecimientos de comercio no paguen el valor de este impuesto y por lo tanto se disminuyan de manera dramática los ingresos de los Departamentos.

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Según estudios recientes el contrabando de estos productos le está generando a los Departamentos una pérdida cercana al billón de pesos anuales y se está reflejando en problemas de salud pública y seguridad.

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Según las autoridades, el contrabando de licores y cigarrillos, así como la adulteración de bebidas alcohólicas, hace parte de sofisticadas organizaciones criminales que lo utilizan para el Lavado de Activos.